<p>Este trabajo de investigación pretende abordar la lectura de cuatro obras dramáticas contemporáneas Latinoamericanas: Los frutos caídos -1956- de Luisa Josefina Hernández, México; La Telaraña -1958- de Gabriela Roepke, Chile; Cristal roto en el tiempo -1960- de Mayra Casas, Puerto Rico; y Chiloé, cielos cubiertos -1971- de María Asunción Requena, Chile. El objetivo principal de este consiste en identificar y analizar las representaciones del cuerpo femenino concurrentes en el corpus, desde la mirada de un cuerpo doliente. A partir de ello, consideramos que estas representaciones dan cuenta de la imagen de un cuerpo doliente como un recurso metafórico para develar la retórica del poder y sus mecanismos de normalización ejercidos sobre los cuerpos. Ello, desde la perspectiva que el cuerpo es el medio por el cual se materializan las constantes metáforas de las relaciones sociales y de poder -Turner 9-. Es decir, es en este donde se hacen tangibles los efectos de los mecanismos normalizadores de la cultura dominante. En este sentido, el adolecer del cuerpo femenino responde a las prácticas performativas y sería producto de las normas reguladoras que le permiten su materialización -Butler 18-. Consecuentemente, quedan marcados violentamente por ello, haciéndose evidente a través del dolor corporal de: golpes físicos, enfermedades, la vejez y cansancio</p>
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Licenciado en Lengua y Literatura Hispánica
LICENCIATURA EN LENGUA Y LITERATURA HISPANICA
<p>Este trabajo de investigación pretende abordar la lectura de cuatro obras dramáticas contemporáneas Latinoamericanas: Los frutos caídos -1956- de Luisa Josefina Hernández, México; La Telaraña -1958- de Gabriela Roepke, Chile; Cristal roto en el tiempo -1960- de Mayra Casas, Puerto Rico; y Chiloé, cielos cubiertos -1971- de María Asunción Requena, Chile. El objetivo principal de este consiste en identificar y analizar las representaciones del cuerpo femenino concurrentes en el corpus, desde la mirada de un cuerpo doliente. A partir de ello, consideramos que estas representaciones dan cuenta de la imagen de un cuerpo doliente como un recurso metafórico para develar la retórica del poder y sus mecanismos de normalización ejercidos sobre los cuerpos. Ello, desde la perspectiva que el cuerpo es el medio por el cual se materializan las constantes metáforas de las relaciones sociales y de poder -Turner 9-. Es decir, es en este donde se hacen tangibles los efectos de los mecanismos normalizadores de la cultura dominante. En este sentido, el adolecer del cuerpo femenino responde a las prácticas performativas y sería producto de las normas reguladoras que le permiten su materialización -Butler 18-. Consecuentemente, quedan marcados violentamente por ello, haciéndose evidente a través del dolor corporal de: golpes físicos, enfermedades, la vejez y cansancio</p>