<p>En Chile, la vida de las personas en situación de discapacidad, PsD, está determinada, por una parte, por políticas públicas que buscan en el papel promover la inclusión y la no discriminación y, por otra, por un entorno que les ignora e invisibiliza. El Servicio Público encargado de garantizar los derechos de las PsD, es el Servicio Nacional de la Discapacidad, SENADIS, que tiene representación en todas las regiones del país. Para lograrlo, declara públicamente que su labor es promover el derecho a la igualdad de oportunidades de las PsD, a través de la coordinación del accionar del Estado, la ejecución de políticas y programas, en el marco de estrategias de desarrollo local inclusivo. Bajo esta perspectiva y considerando que Chile adhiere desde 2008 a la Convención Internacional de los derechos de las Personas con Discapacidad de la Organización de Naciones Unidas, ONU, el SENADIS ha realizado esfuerzos para estar a la altura de este compromiso, realizando acciones tendientes a recabar información sobre las PsD a nivel regional y nacional. En este contexto, en el año 2017 se realizó en la Región de Valparaíso, la Estrategia de Desarrollo Local Inclusivo, EDLI, que en sus objetivos plantea generar procesos crecientes de inclusión en los territorios donde se aplica. De esta manera, SENADIS implementó EDLI en las comunas de Quilpué, La Calera y San Felipe, con el apoyo técnico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, institución de educación superior que realizó un completo informe de la situación de las PsD de las comunas nombradas. Fue así como tras implementarse esta estrategia de desarrollo local inclusivo, comenzaron desde el colectivo regional de la discapacidad, a escucharse voces que veían a esta iniciativa, como una forma de obtener indicadores positivos para SENADIS, en cuanto al cumplimiento de su objetivo, pero que en realidad no representaban en lo absoluto, a la realidad con que se enfrentan las PsD día a día. Para ello, algunos dirigentes comunales de la región, aseveraron de que gran parte de los avances declarados por los organismos gubernamentales como SENADIS, a través de sus plataformas oficiales de comunicación, no era más que un discurso vacío que, de paso, ocultaba el fracaso a la hora de avanzar hacia la construcción de una sociedad que garantice la igualdad en derechos de todos los chilenos. Es en este punto, donde nace el interés por investigar el por qué existe una brecha tan importante entre el discurso oficial, que tanto reconocimiento nos ha traído fuera de las fronteras en cuanto a los significativos avances que Chile muestra en materia de inclusión, y la realidad de un país donde se mantienen altos niveles de invisibilización de la discapacidad, pocas oportunidades laborales para este colectivo, escasa participación en la generación de normativas y políticas públicas tendientes a proteger a las PsD y, más aún, cuando escuchamos a los actores principales de este colectivo, manifestar abiertamente la permanente vulneración de derechos básicos que viven a diario</p>
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Magíster en Comunicación
MAGISTER EN COMUNICACION
<p>En Chile, la vida de las personas en situación de discapacidad, PsD, está determinada, por una parte, por políticas públicas que buscan en el papel promover la inclusión y la no discriminación y, por otra, por un entorno que les ignora e invisibiliza. El Servicio Público encargado de garantizar los derechos de las PsD, es el Servicio Nacional de la Discapacidad, SENADIS, que tiene representación en todas las regiones del país. Para lograrlo, declara públicamente que su labor es promover el derecho a la igualdad de oportunidades de las PsD, a través de la coordinación del accionar del Estado, la ejecución de políticas y programas, en el marco de estrategias de desarrollo local inclusivo. Bajo esta perspectiva y considerando que Chile adhiere desde 2008 a la Convención Internacional de los derechos de las Personas con Discapacidad de la Organización de Naciones Unidas, ONU, el SENADIS ha realizado esfuerzos para estar a la altura de este compromiso, realizando acciones tendientes a recabar información sobre las PsD a nivel regional y nacional. En este contexto, en el año 2017 se realizó en la Región de Valparaíso, la Estrategia de Desarrollo Local Inclusivo, EDLI, que en sus objetivos plantea generar procesos crecientes de inclusión en los territorios donde se aplica. De esta manera, SENADIS implementó EDLI en las comunas de Quilpué, La Calera y San Felipe, con el apoyo técnico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, institución de educación superior que realizó un completo informe de la situación de las PsD de las comunas nombradas. Fue así como tras implementarse esta estrategia de desarrollo local inclusivo, comenzaron desde el colectivo regional de la discapacidad, a escucharse voces que veían a esta iniciativa, como una forma de obtener indicadores positivos para SENADIS, en cuanto al cumplimiento de su objetivo, pero que en realidad no representaban en lo absoluto, a la realidad con que se enfrentan las PsD día a día. Para ello, algunos dirigentes comunales de la región, aseveraron de que gran parte de los avances declarados por los organismos gubernamentales como SENADIS, a través de sus plataformas oficiales de comunicación, no era más que un discurso vacío que, de paso, ocultaba el fracaso a la hora de avanzar hacia la construcción de una sociedad que garantice la igualdad en derechos de todos los chilenos. Es en este punto, donde nace el interés por investigar el por qué existe una brecha tan importante entre el discurso oficial, que tanto reconocimiento nos ha traído fuera de las fronteras en cuanto a los significativos avances que Chile muestra en materia de inclusión, y la realidad de un país donde se mantienen altos niveles de invisibilización de la discapacidad, pocas oportunidades laborales para este colectivo, escasa participación en la generación de normativas y políticas públicas tendientes a proteger a las PsD y, más aún, cuando escuchamos a los actores principales de este colectivo, manifestar abiertamente la permanente vulneración de derechos básicos que viven a diario</p>